Uno de los temas más preocupantes por los asociados de la cooperativa de créditos y servicios Miguel Antonio Caballero de este municipio de Caimanera, fue el suministro de agua, esencial para el cultivo y la producción agropecuaria. Los asociados expresaron su frustración ante la escasez de agua que afecta sus tierras, compromete la calidad y cantidad de las cosechas. “Sin agua, no hay producción”, comentó Yurber Pileta, fundador de la cooperativa. “La falta de infraestructura adecuada para la captación y distribución del agua nos obliga todo el tiempo a replantearnos los métodos de cultivo lo que no siempre dan el rendimiento que se espera y merece el pueblo”.
Otro punto crítico de la asamblea fue el retraso en los pagos por las cosechas entregadas. Tema que en la actualidad enfrentan los asociados por demoras que rondan los seis meses, y cerca del medio millón de pesos, lo que genera una carga financiera insostenible no solo para la CCS, sino también. “No podemos seguir así. Necesitamos que se nos pague a tiempo para poder reinvertir en nuestros cultivos”, afirmó Horacio Ramírez, productor de arroz a quien el Grupo Empresarial de Logística del Ministerio de la Agricultura (GELMA) Guantánamole debe más de 200 mil. Este retraso no solo afecta la economía familiar de los asociados, sino que también limita su capacidad para mantener y mejorar nuestras tierras.
La situación se tornó aún más dramática cuando a través de sus testimonios Isabel Santana y Leonel Fontaine, dos usufructuarios que cada año ven cómo sus cosechas de mango se pierden debido a la falta de transporte, relataron con tristeza cómo la situación se repite este año. “El carro no viene a recoger mi producción y ahora el mango se pudre en el piso”, relató Isabel. Por su parte Leonel explicó: “este problema no es aislado; muchos otros productores enfrentan situaciones similares, lo que representa no solo una pérdida económica, sino también un desperdicio de esfuerzo y dedicación”.
La asamblea concluyó con un llamado a la unidad y a la acción colectiva. Los asociados acordaron formar comités para abordar cada uno de los problemas planteados, buscando soluciones viables y sostenibles. “Si trabajamos juntos, podemos encontrar formas de superar estos desafíos”, expresó la presidenta de la CCS Mabelis Delgado.
Le toca a la junta directiva accionar con prontitud ante esta dificultades que enfrentan los cooperativistas caimanerenses en su día a día, pues con la anuencia, determinación y el compromiso de los asociados se deben buscar soluciones para la alimentación del pueblo, porque no caben dudas que en un contexto donde el agua escasea y los pagos se retrasan, la unión y la solidaridad serán claves para enfrentar estos retos y garantizar un futuro más próspero donde el máximo beneficiado sea el pueblo.