El 24 de febrero de mil 973 por gestión del gobierno revolucionario cubano, se funda uno de los asentamientos poblacionales de mayor importancia en el municipio de Caimanera.
El hecho deviene símbolo de lealtad a nuestro proceso, de renovación, de futuro, sus habitantes provienen de Boquerón, la porción cubana de tierra más próxima a la base naval yanqui.
Hace 51 años quedaron atrás los impactos de proyectiles provenientes de la zona usurpada por los norteamericanos. Los niños, las mujeres, los ancianos, dejaron en el pasado el temor de convertirse en víctimas del odio imperialista.
Cada uno de los 51 años vividos en Mártires de la Frontera se revierten en compromiso a la Patria, cumplimiento del deber, éxitos en la labor portuaria, fuente de trabajado para la mayoría de los pobladores.
Como eslabón indispensable nacido del amor, de la hermandad, la transparencia, Mártires de la Frontera vio nacer con los años un reparto militar, se fortalece la fraternidad con los gloriosos combatientes de la Brigada de la Frontera que muy cerca del pueblo defienden nuestras conquistas.
Saltan a la vista con gigantesca gratificación un movimiento de artistas aficionados en los que reverdecen las más variadas manifestaciones del arte y con ella la labor prestigiosa y noble de los promotores junto al desarrollo cultural.
Emerge una tendencia deportiva que cada día suma fuerzas en el béisbol, el ajedrez, los sueños se convierten en gratas vivencias, celebraciones marcadas por una profunda entrega a su tierra, a su suelo a su compromiso con la Revolución como digno homenaje a los caídos en la zona limítrofe con la base naval y serán muchos los aniversarios, centenares, miles, contagiado con una satisfacción: La victoria es segura en una Patria con todos y para el bien de todos.