Tomado de Venceremos

En la primera década del siglo XX los niños de Caimanera y Boquerón cantaban una copla que expresaba: “el patio de mi casa es particular”…, tonadilla que adecuaron a la realidad del entorno en que vivían: “el patio de mi casa no es particular, los yanquis lo pisan y no pasa nada…” En sus tiernos instintos los infantes interiorizaban una pesadilla que angustió a los buenos guantanameros durante casi seis décadas.

La presencia de los marines significó la prostitución de miles de mujeres de Guantánamo y de varias regiones de la isla, muchas de ellas jóvenes y hasta adolescentes que vivían en la pobreza en los campos, y eran engañadas por los traficantes de la trata humana, para después caer en manos de los chulos y las matronas que también vivían de este criminal negocio.

Guantánamo y Caimanera se convirtieron en el mayor burdel de Cuba, que competía con los de Panamá y Puerto Rico. Aliada de sus prostíbulos: las drogas, bebida en demasía, los asesinatos y las enfermedades venéreas. El levante cubano reportaba como promedio la cifra más alta de la nación en los enfermos de sífilis y lepra, también el primer lugar en la producción de mariguana, que abastecía a los marines y a parte del mercado ilícito nacional y del Caribe.

Los marines, en sus andanzas, dejaban una alta cifra de dólares, que en su mayor parte caían en manos de los cabecillas del gran negocio: propietarios de burdeles, casas de cita, bares, hoteles, traficantes de bebidas y drogas, a los que se sumaban comerciantes y transportistas.

Los caciques políticos y jefes militares formaban parte esencial del sistema. Los dos más “ilustres” en la década de los años cincuenta: el dictador y corrupto Fulgencio Batista y el asesino coronel Alberto del Río Chaviano, jefe militar de Oriente, quienes recibían jugosas tajadas. De esta cifra una exigua parte del dinero iba a parar a las manos de las desdichadas prostitutas, que vivían y morían pobres, además de agredidas, no solo por los marines y chulos, sino también por una sociedad y un sistema político-social cruel e injusto.

Frente a esta grave situación se levantaron las fuerzas de izquierda y progresistas: Guiteristas, Partido Socialista Popular, Partido Obrero Revolucionario (Troctskista), Ortodoxos, entre otros, incluyendo intelectuales y profesionales, como fue el caso del maestro masón y poeta Francisco Domínguez Pérez, que abatió de un disparo, en su vivienda, a un marine que pretendía violar a una de sus hijas.

En 1958 una firma discográfica de Nueva York publicó un cancionero para los marines estadounidense que incluía una canción titulada “La Bahía de Guantánamo”, copla que dio la vuelta al mundo y se conoció entre los uniformados de la marina de todas las bases navales del imperio, cuyas letras reflejaban la opinión que tenían los militares de Washington sobre las mujeres guantanameras y caimanerenses y en general qué era Guantánamo en la psicología de los marines.

La Bahía de Guantánamo

En la bahía de Guantánamo. (Gitmo en abreviatura).

No tiene mucho de base, y mucho menos de puerto.

Un vistazo a los muelles, y enseguida se da uno

cuenta de qué está viendo.

El agujero más dejado de la mano de Dios.

De toda la zona del Caribe.

Coro: Con que, Viva el viejo Gitmo en las

Bellas costas de Cuba,

hogar de cucarachas, pulgas y putas.

Cantemos sus alabanzas y roguemos que un día,

logremos largarnos de la bahía de Guantánamo.

Aquí paga uno veinte centavos por una botella de cerveza,

la llaman Hatuey y tiene un sabor de lo más raro.

Sobre la etiqueta aparece un jefe indio.

Un indio simbólico que hace a uno dejarse ir, ir, ir.

La bahía de Guantánamo tiene cientos de puertas.

Cada una de ellas repletas de cientos de putas,

que se asoman a las ventanas con los pechos desnudos.

Y lo hacen a uno perder la cabeza con sus tetas colgantes.

Bueno, los muchachos de mi escuadrón están preparando un plan.

Estamos ahorrando los pesos y centavos que podemos.

Vamos a comprar TNT y un buen día soleado,

vamos a volar esta maldita bahía de Guantánamo.

Fuentes:
Ø José Sánchez Guerra: Guantánamo en el Ojo del huracán. En Guantánamo andAmerican Empire. Editorial PalgravaMacmillan, Nueva york, 2016.
 René González Barrios: La Base Naval de los Estados Unidos en la Bahía de Guantánamo. Editorial Verde Olivo, La Habana, 2013.Ø

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