Las mujeres que cada tarde asisten a la práctica regular de ejercicios en el gimnasio de cultura física de Caimanera reconocen que se trata de una actividad que potencia su salud física, e impacta de manera positiva en su autoestima, salud mental y calidad de vida. Elementos que también reafirmó en entrevista con la prensa Yoander Dennis Bridón, entrenador del referido centro deportivo del marino poblado.
“En la sociedad actual, donde el bienestar físico y mental es una prioridad, el gimnasio de se erige como un espacio clave para la transformación personal, dígase mejora en la salud cardiovascular, el control del peso, así como el fortalecimiento muscular y óseo”
“La actividad física regular es fundamental para mantener un corazón sano, para proporcionar un entorno controlado para quemar calorías y mantener un peso saludable, y es especialmente beneficiosa para las mujeres, ya que ayuda a prevenir la osteoporosis, una condición que afecta a muchas mujeres a medida que envejecen. Por ello en cada entrenamiento se potencia el levantamiento de pesas y otros ejercicios de fuerza fortalecen los músculos y los huesos, promoviendo una mejor calidad de vida a largo plazo”.
La práctica regular de ejercicios en el gimnasio ofrece a las mujeres una serie de beneficios que van más allá del aspecto físico. Desde mejorar la salud cardiovascular hasta potenciar la autoestima y reducir el estrés, el ejercicio se convierte en una herramienta poderosa para el empoderamiento femenino, elementos que también avala el psicólogo Adam Aguilar.
“A todos los beneficios físicos y de la salud que aporta el practicar ejercicios de manera regular, se suma el aumento de la autoestima, porque cuando se logra la transformación física deseada se traduce en una mayor autoestima. Podemos decir además, que en el caso de las mujeres, el gimnasio se convierte en un refugio donde pueden liberar tensiones acumuladas, reducir el estrés y mejorar su estado de ánimo general, y también ofrece una oportunidad para socializar. Muchas mujeres encuentran en las clases grupales o en los entrenamientos compartidos un sentido de comunidad y apoyo mutuo, lo que contribuye a su bienestar emocional”.
Yanara Naranjo, una mujer que lleva más de cinco años en el gimnasio, comparte su experiencia: “Al principio, solo quería perder peso, pero a medida que fui entrenando, me di cuenta de que mi mente también se sentía más clara. Ahora veo el gimnasio como un lugar donde no solo cuido mi cuerpo, sino también mi salud mental”.
Por otro lado, Magnolis Cobas, bailarina profesional, explica: “He visto cómo se transforman no solo su físico, sino también la forma de ver la vida, y en mi caso que ya no estoy activa en el baile, el ejercicio mantiene viva esa llama de la resistencia y el sacrificio, además de los beneficios que siento en mi organismo”.
En un mundo donde las exigencias diarias pueden resultar abrumadoras, encontrar tiempo para cuidar de uno mismo es esencial. Así que, ya sea levantando pesas, participando en clases grupales o simplemente caminando en la cinta, cada paso cuenta hacia un estilo de vida más saludable y equilibrado, además porque el amor propio no cabe en un espejo, se construye paso a paso, aún cuando te señalen, porque los cambios verdaderos no empiezan en el cuerpo, nacen en el alma.
