Mal presagio el del 8 de diciembre de 1903. Una poderosa escuadra, a cuya cabeza navegaba el acorazado Kearsage, su buque insignia, ponía proa a Playa del Este, en la bahía de Guantánamo. Lo acompañaban los navíos Alabama, Illinois, Massachusetts, Escorpión, Viscens y Prairie.

Se convertía en axioma, definitivamente, el vaticinio de Manuel Sanguily al intervenir ante el Senado de la República, el 28 de marzo de 1903: “Han visto Guantánamo ¡Jamás renunciarán a poseerla!”, afirmación que recordaba los enfrentamientos en la zona de la bahía entre marines estadounidenses y tropas españolas en 1898, victoria que los primeros solo obtuvieron por la intervención de las tropas independentistas cubanas.

El primero de enero de 1899, España entregó oficialmente a los Estados Unidos la Isla de Cuba, transformada de colonia hispánica en neocolonia de la vecina nación. El 21 de febrero de 1901 se firmaba la Constitución de la República, la cual nacía mediatizada por un anexo imperial, la Enmienda Platt. El “engendro” contaba de ocho cláusulas atentatorias de la soberanía cubana, que autorizaban las intervenciones militares estadounidenses en Cuba y, en el caso específico de la número 7, obligaba a ceder al Imperio porciones del territorio para establecer bases navales o carboneras.

Muy pronto, en febrero de 1903, se firmaba en La Habana y Washington el acuerdo para el arriendo, aprobado por un Senado sin alternativas: aceptaba o el ejército de ocupación no abandonaría la Isla. El 10 de diciembre de 1903, a las 12:00 pm, la marina yanqui tomaba oficialmente posesión de la bahía.

Veintiún cañonazos aderezaban el convite. Al compás del Himno Nacional cubano se arriaba la enseña de la estrella solitaria y emergía señorial el pabellón de las barras y las estrellas, tras lo cual 600 marines desembarcaban y tomaban posesión de las estratégicas alturas de Playa del Este. José Vázquez Savón, director del diario La Voz del Pueblo, presente en el encuentro, entristecido por la entrega de un pedazo de la Patria, escribió: “Sería la 1:30 cuando regresamos a Caimanera, trayendo nuestra alma dolorida, por el acto que solo nuestra misión periodística nos obligó a presenciar”.

Desde 1903 hasta los años 60, la Base ha sido centro de concentración y organización de fuerzas para agredir a Cuba y otros países del área.

En 1906, 1912 y 1917, marines invadieron a Cuba; en Haití lo hicieron en 1914 y 1915; en México en 1914; en República Dominicana en 1916, y en Nicaragua en 1927, para aplastar la revolución liderada por el general Augusto César Sandino.

Guantánamo emuló por el récord de crímenes cometidos por los militares yanquis con Puerto Rico y el Canal de Panamá.

Con la Base vinieron, periódicamente, decenas de miles de marines borrachos y buscadores de placeres sexuales, un número de ellos portadores de enfermedades venéreas, y el enclave se convirtió de 1939 a 1958, en una de las grandes plazas de tráfico y consumo de drogas y bebidas alcohólicas.

El proceso de penetración ideológica y cultural yanqui que soportó Cuba se duplicó en Guantánamo por la existencia de la Base, pero la presencia foránea contribuyó de manera notable a consolidar la conciencia antimperialista del pueblo.

Tomado: Periódico Venceremos

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