Y aunque el cine teatro de Caimanera no tiene telón, el silencio reverente y el murmullo de la expectación se transformaron en uno imaginario para presenciar “Tiempo de Coalición”, un espectáculo bajo la dirección artística de Yenny Thompson Salazar.
Fue una noche especial…
Desde el primer momento, quedó claro que esta no sería una presentación cualquiera; la energía vibrante del público, diverso y entusiasta, prometía una velada memorable.
Las luces se apagaron y el escenario cobró vida. Las actuaciones eran penetrantes, cada uno de los artistas parecía conectar con el alma de los espectadores. Con una carga limpia y un mensaje claro.
Génesis abordó temas cruciales de nuestra sociedad actual: el rechazo al bullying, la lucha contra el consumo de drogas y la importancia del amor familiar. A través de sus interpretaciones, lograron tocar corazones y abrir diálogos necesarios, dejando una huella indeleble en los presentes.



Sinfonía de emociones compartidas…
A medida que avanzaba la función, la conexión entre los artistas y el público se hacía más intensa. Las risas, los aplausos y las lágrimas se entrelazaban en una sinfonía de emociones compartidas. Finalmente, cuando la obra llegó a su fin, el teatro estalló en una ovación electrizante. Los aplausos resonaron como un tributo a la dedicación y pasión que el grupo Génesis ha vertido en su trabajo a lo largo de estos años y que ahora reafirman con esta “Coalición”.



Trascender el tiempo, las circunstancias y las almas…
Dos de los momentos más emotivos de la noche fueron el reconocimiento del club de la década prodigiosa “Bajo el Sol” a Génesis y el anuncio del retiro de uno de los bailarines fundadores: Eloy Sinclair, que aunque más que tristeza se convirtió en celebración por los años de hermandad y aprendizajes.
Con Tiempo de Coalición”, Génesis despidió a Lay, la nostalgia se apoderó del ambiente mientras los acordes resonaban en el teatro.
Ambos, tanto el homenaje del club de la década, como las palabras de Yenny, entrecortadas por la emoción al despedir a Lay, fueron ese recordatorio del poder que tiene el arte para trascender el tiempo, las circunstancias y las almas.



Culmina la obra…
Este nuevo espectáculo se funde como una celebración de la vida, un llamado a la reflexión y una reafirmación del poder del amor y la solidaridad. Al salir del teatro, los rostros reflejaban satisfacción y esperanza, llevando consigo el mensaje que, sin duda, resonará mucho después de que las luces se apaguen.
Génesis demostró una vez más que el arte puede ser un vehículo para el cambio, y esta noche, lo hizo con maestría, como si la danza hablara y no dijera a todos; si me entregas tu alma te entregaré los sorbos de la vida entera.


