La empresa filial salinera de Guantánamo, un pilar económico de la región, se enfrenta a un desafío monumental tras los estragos causados por el huracán Melissa. Con el objetivo de retornar a la producción de sal y atender a los trabajadores damnificados, la empresa trabaja de manera ambiciosa en un proceso de restauración que combina esfuerzos comunitarios, innovación y resiliencia.

Susana Pérez Martínez refirió que intensas jornadas protagonizan los trabajadores de la filial Salinera, quienes tienen como la meta restablecer los daños en el menor tiempo posible para continuar la producción de sal, encargó estatal que suple más del 60  por ciento del consumo en Cuba.

“A la par de ello se atienden a los trabajadores que fueron damnificados por este evento meteorológico, a una parte se les atendió con la asignación de tejas de zinc, completamente gratuitas, para la reparación de los techos de sus viviendas. Y a otra parte, de manera específica los trabajadores de la localidad del Cuero, se les asignó una jaba con productos de alimentación, y en el caso de cuatro madres, de esa misma localidad, además con dos paquetes de leches para alimentación de sus hijos”

El camino hacia la recuperación es largo, pero la determinación de la comunidad salinera de Guantánamo es inquebrantable, y así también lo patentizan los trabajadores del área de mantenimiento y los que desde el grupo geominsal se suman a la tarea para restaurar la capacidad productiva.

La empresa filial salinera Guantánamo está en un proceso transformador que va más allá de la simple recuperación. A través de la restauración física y el apoyo integral a sus trabajadores, se forja la identidad para enfrentar futuros desafíos. En cada grano de sal que se produzca en los próximos meses, habrá un recordatorio del esfuerzo colectivo y la capacidad de renacer ante la adversidad.

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